La culpa en el duelo
Cuando perdemos a un ser querido es habitual sentir culpa. Esta culpa puede ser por diferentes motivos y aunque la mantenemos para estar cerca del ser querido, nos bloquea y nos impide vivir y avanzar.
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La culpa en el duelo

La culpa es una emoción muy poderosa y necesaria. Sirve para disciplinarnos, notar empatía, sentir autocontrol, para saber lo que está bien y lo que está mal.

Esta emoción es muy natural en el duelo, puede estar ajustada a la realidad o no y puede esconderse detrás de algunos de nuestros comportamientos.

Así, podemos observar distintos tipos de culpa dentro del proceso del duelo:

  • Culpa por haber deseado que la persona falleciera ya
  • Culpa por haber causado la situación
  • Culpa por sentir que Dios me esta castigando por haber hecho algo malo
  • Culpa por no haber dado a luz un hijo sano
  • Culpa por no haber hablado de la enfermedad con el fallecido por miedo y dolor
  • Culpa relacional: por no haber tenido tiempo de reparar cosas pendientes que se quedaron sin resolver como una discusión, no haberle dicho te quiero, no haberle escuchado, no haberle dado las gracias, no haber estado suficientemente presente, no haber pedido perdón, no haberle dado lo que necesitaba.
  • Culpa por estar y sentirse mejor, por tener ganas de reir, por haber tenido un día bueno. En este tipo de culpa, la creencia de base es “si tu no estas bien, yo no puedo estar bien” y sirve para seguir conectado con la persona fallecido.
  • Culpa por estar viviendo si el otro, por disfrutar, por olvidarme, por no poder recordar la cara.
  • Culpa por sentir que ha habido un beneficio con la muerte, como poder descansar, estar más tranquilos, haber heredado…
  • Culpa por iniciar una nueva relación, por enamorarse, por desear tener otro hijo.
  • Culpa por sentir que lo que siento es inadecuado: hay cosas peores, no tendría que sentirme así, no debería preocupar a los demás, no tengo derecho a pedir ayuda y ser ayud@».
  • Culpa por no sentir dolor

¿Qué hacer con la culpa en el duelo?

  1. Reconoce y acepta la culpa. Es normal sentirla.
  2. Haz una lista de los sentimientos de culpa que tienes, de los distintos tipos de culpa.
  3. Identifica cuales de esas culpas se podrían haber compensado con algo que podías haber hecho de forma distinta.
  4. Pon nombre y explora cual es el impacto en la actualidad de sentir el sentimiento de culpa. ¿Que efecto tienen en ti, ahora? (depresión, no disfrutar de los que están contigo, amargura, irritabilidad, aislamiento, enfado, sobreprotección sobre los que dependen de ti, abandono o negligencia con los que te rodean.
  5. ¿Que función tiene sentirte culpable? ¿En qué te ayuda? ¿Te ayuda a seguir conectado, a seguir amando a la persona fallecida, a reparar, a pedir perdón por lo que no hiciste bien?
  6. Busca actos compensatorios (gesto, cambios en ti mismo, ayuda a los demás…) en su honor. Algo explicito que decidas hacer para expresar el dolor por la culpa que sientes.
  7. Pon voz a todo esto, como si te dirigieras a tu ser querido, explicando todo lo que has estado explorando. Cuéntaselo. Hazlo despacio, siente las emociones que vas sintiendo y no las rechaces. Puedes decir o escribir algo así: “me siento culpable por tu muerte, por no haberte atendido como necesitabas. Te pido perdón. Me siento muy culpable, y creo que la culpa me ayuda a sentirme cerca de ti, pero me hace daño y me paraliza. Quiero decirte que te quiero y te querre siempre, que aunque tenga la sensación de olvidarte, nunca dejaré de quererte. Por esto y para intentar canalizar la culpa que siento por todo esto, voy a intentar, en tu honor, estar más presente con tus hermanos…”, o también “me siento culpable de haber comprado el coche en el que te mataste, me hubiera gustado ser mejor padre… te pido que me perdones… lo que quiero hacer (lo que he decidido hacer) en tu honor para liberar este sentimiento de culpa es…”. 
  8. Imaginar que te diría tu ser querido después de haberle dicho todo esto.
  9. Perdónate. Acepta tus limitaciones; acepta que puedes fallar, que no puedes proteger siempre a tus seres queridos… Piensa que nuestra capacidad de amar es ilimitada, pero nuestra capacidad de proteger es limitada.
  10. Comparte con alguien tus sentimientos.
  11. Pide ayuda especializada si lo  necesitas.

La culpa no elaborada nos incita a vivir en el dolor con la creencia falsa de seguir cerca del familiar.

La culpa elaborada nos lleva a vivir en su honor.

Magda Cubel Alarcón

Psicóloga Clínica Valencia Benimaclet

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Fuente: Alba Payás.

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