¿Es bueno que los niños aprendan a «sufrir»?
Evitar el sufrimiento a los hijos aveces no es una buena opción, ya que podemos conseguir todo lo contrario a nuestro objetivo. No dejar que los niños cometan errores y aprendan de ellos y tratar de enseñarles que tienen que ser éxitosos a la primera es una garantía para conseguir hijos frustrados e inseguros.
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¿Es bueno que los niños aprendan a «sufrir»?

“Enseñamos a los niños a tener historias de éxito cuando lo interesante es enseñarles a que cuando se caigan aprendan a levantarse, enseñarles a aprender a fallar, enseñarles a aprender a perder”.

Nosotros mismos, sin ser conscientes, favorecemos a que se graben con fuego las siguientes creencias irracionales en nuestros hijos:

  • “Debo de tener éxito en todos los ámbitos de mi vida”,
  • “Las cosas me deben salir siempre bien”.

Enseñamos a nuestros niños en el éxito, que lo mejor es ganar, sin embargo, la clave es enseñar a los niños a perder, a que aún perdiendo puedan estar bien, a que aún siendo el último, puedan ser felices.

Asumir que en la vida no todo siempre me va a salir bien (pareja, amigos, trabajo, estudios…), es decir como yo quiero, es un gran aprendizaje porque es la realidad.

Si buscamos 100% historias de éxito seguro que no las vamos a encontrar. Somos humanos y como seres humanos que somos, somos falibles, es decir, no somos perfectos y en algún momento de nuestra vida, seguro que nos vamos a equivocar, vamos a fallar… Igual que la muerte, esta es otra de las pocas garantías seguras que tenemos…

Pero el hecho de equivocarnos no implica que nos debamos devaluar como personas, o hacer juicios morales de nosotros mismos.

Igualmente sentir ira por tener la exigencia absolutista e innegociable de que tanto la vida como las personas tienen que hacer siempre lo que yo quiero y comportarse como a mí me gusta, es muy absurdo, porque seguro que en algún momento nuestros objetivos no se van a ver cumplidos..

Enmascaramos a los niños la realidad, cuando la realidad es que en la vida pasan cosas que nos gustan mucho, otras no tanto y otras nada de nada… ¡esa es la verdadera realidad, no siempre nos va a salir todo como queremos!

Intentar buscar la felicidad de los niños a base de evitarles situaciones incómodas es un gran error porque fomentamos la baja tolerancia a la frustración, fomentamos el que cuando yo quiero algo… lo tengo que obtener seguro y ya!!!. Fomentamos que se crean que la vida está llena de garantías!!

Lo que conseguimos cuando les protegemos de la realidad de la vida, es fomentar que en un futuro sean unas personas muy débiles a nivel emocional, personas con muy baja tolerancia a la frustración.

Fijarse objetivos y metas está bien, pero a la vez entender que a veces esos objetivos no se consiguen, aprender a soportar la incomodidad que tiene el que un objetivo no se vea cumplido. En vez de intentar evitar a los niños las situaciones incómodas, lo que sería interesante es enseñarles a soportar la incomodidad.

Todo menos la muerte es soportable porque de hecho cualquier situación que no fuera soportable nos provocaría la muerte!! Y lo que ocurre es que no nos morimos!!!. Por tanto es muy absurdo calificar de no soportable una situación que sólo es incómoda!!

Aprender a ser el último y a estar bien, aprender a levantarnos y a seguir adelante porque nada es tan horrible, aprender que lo incómodo es soportable son grandes aprendizajes que podemos transmitir a nuestros niños porque sino las rabietas de la infancia también las tendrán en la madurez.

Somos seres humanos falibles con una gran capacidad para amar que nos convierte a cada uno de nosotros en seres humanos maravillosos y únicos.

Dom decía: «invertimos demasiado tiempo en pensar en hacer felices a los niños…» Una gran frase, a veces lo que conseguimos con esto es justamente lo contrario…

Magdalena Cubel Alarcón.

Psicóloga Clínica Valencia (Benimaclet)

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