Decálogo del yayo ideal.
Estar abierto a la comunicación con los hijos para establecer los límites de las obligaciones con los nietos: en la medida de lo posible, no convertirse en guarderías.
Es preferible ver a los nietos de vez en cuando, no todos los días.
Tener siempre presente que el abuelo es para el pequeño un referente y una imagen que le marcará para siempre.
Delante de los padres, respetar sus decisiones, formas y métodos.
No renunciar a las propias ocupaciones, diversiones y necesidades.
Tratar de resolver los problemas personales uno mismo y con su papel de abuelo.
Tener claro cuál es el papel de cada cual: el abuelo disfruta con y de su nieto, pero no es el encargado de su educación.
Ser paciente con los niños: suelen tener mucha energía y los abuelos, por lo general, poca.
Intentar mantener con el pequeño una relación de complicidad y ser participe de sus juegos y sus secretos.
Mimar, jugar y consentir, pero en su justa medida.
Magdalena Cubel Alarcón
Psicóloga Clínica Valencia (Benimaclet)
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