Los niños vienen sin manual de instrucciones.
Inmaculada Cubel da su opinión a cerca del libro de Montserrat Gimenez, los niños vienen sin manual de instrucciones, y describe su estructura y contenido en cuanto a lo que le parece más importante para que los padres lo puedan utilizar a la hora de educar a sus hijos.
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Los niños vienen sin manual de instrucciones.

El otro día paseaba por un centro comercial y me llamó la atención un libro que misteriosamente que misteriosamente el libro estaba colocado en la librería en la estantería de delante de la caja, no era demasiado gordo y tiene un precio muy asequible. Era un buen producto comercial, sencillo, barato y accesible.

Hace poco empezamos a ver en la televisión un nuevo programa llamado “Supernany” que nos muestra a una niñera mágica que hace que los niños que se porten bien y que los papás y mamás estén más contentos con sus hijos. A simple vista puede parecer que todo el mundo puede hacer lo que ella hace pero… ¿es realmente eso cierto?

Aprovechando el éxito del programa han sacado este manual, “Los niños vienen sin manual de instrucciones. Técnicas de una superniñera para educar a tus hijos” de Monserrat Giménez, que es una guía práctica para aprender a educar a los niños. Está dirigida a los padres pero puede ser muy útil para todo educador del entorno del niño.

Después de leerlo la sensación que tengo es que no es nada fácil educar pero se puede aprender a hacerlo, que es lo más importante.

Es un libro positivo que anima al lector a esforzarse y mejorar en su tarea de educador. Además es muy completo y fácil de leer. Lo complicado es llevarlo a la práctica y opino que por muchas veces que los padres se lo lean, resuman y subrayen es necesario un profesional para orientarles y supervisar las técnicas y estrategias que se plantean en su interior, una persona que detecte lo positivo y negativo de su estilo educativo y les acompañe en la planificación y desarrollo del proceso de aprendizaje. En este caso el profesional más cualificado es un psicólogo.

El libro tiene una estructura sencilla y va de lo más general a casos concretos. La presentación es muy explícita y te prepara y anticipa lo que más adelante vas a leer. A lo largo del libro hay cuadros con pistas que resumen un poco todo lo que se cuenta en cada capítulo y remarcan lo más importante. Consta de 4 partes:

Comienza explicando los estilos educativos (autoritario, permisivo, sobreprotector y democrático) y sus consecuencias, y luego resume las fases evolutivas del niños (de 0 a 12 años) a modo de introducción más teórica.

La segunda parte habla sobre técnicas básicas, normas, límites, rutinas y hábitos: su importancia, porque no se cumplen, cómo se aplican. Habla de fomentar las buenas conductas mediante el refuerzo, el sistema de puntos y el juego, y cómo eliminar las conductas inadecuadas mediante la retirada de atención y de reforzadores, la distracción, técnicas disuasorias, y el tiempo para pensar. Me ha parecido muy interesante cómo se trata el tema del castigo físico y su ineficacia, en 2 hojas queda muy claro porque no usarlo.

La tercera parte nos describe situaciones concretas y ejemplos del día a día. La autora plantea estrategias para utilizar en la vida cotidiana, qué hacer ante: gritos e insultos, a la hora de vertirse, asearse, de comer, dormir, estudiar, con las peleas, rabietas… Incluso plantea pautas de relajación para ir a dormir, como ejercicio práctico.

Hay un capítulo sobre cambios vitales en el que se valoran situaciones que alteran la vida familiar y suponen un cambio y adaptación para todos los miembros, especialmente los más pequeños, como: el nacimiento de un hermano, empezar el colegio, la separación de los padres, la muerte de un familiar. En el texto se nos recuerda que los niños tienen una gran capacidad de adaptación y no hay que darle excesiva importancia a estos acontecimientos, hay que explicar las cosas con normalidad y ser un apoyo y modelo para el niño en esos momentos. Es bueno expresar los sentimientos, compartirlos con los demás y verbalizarlos, pero sin dramatizar ni exagerar.

En la cuarta se habla del bienestar familiar, la expresión de emociones y el tiempo libre. Esta parte creo que es de vital importancia y yo hubiera expuesto este tema antes de los casos prácticos ya que si el adulto está bien consigo mismo educa y transmite mejor a suss hijos. Lo que los padres piensan, sienten y hacen influye mucho en la conducta y relación con sus hijos.

La verdad es que es un libro poco extenso pero muy denso en contenido. Hay que leerlo con minuciosidad y requiere de mucho entrenamiento y esfuerzo ponerlo en práctica. Demuestra que para que un niño aprenda hay que educar primero a sus padres y si ellos cambian su manera de actuar, el niño también cambiará. Nos propone lo que tienen que aprender los padres, por dónde empezar, qué pasos seguir…

Es una lectura recomendable para todo aquel que se relaciona con otras personas, porque todo lo que nos dice se puede aplicar con niños, adolescente y adultos. Y sobre todo para unos padres que desbordados por la situación ya no saben qué hacer con sus hijos. El libro te da las pautas a seguir, el resto lo ponen los padres. Puedes creer o no en estas estrategias, pero si se hacen bien, funcionan.

Inmaculada Cubel Alarcón.

Psicóloga infantil (Valencia/Benimaclet).

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