Qué decir a los niños cuando papá o mamá tienen cancer.
Que un familiar directo pase por un proceso de cancer es algo que afecta a toda la familia, pero sobre todo a los niños.
A veces los adultos porque no saben qué decir, porque no saben manejar las preguntas de los niños o porque no han digerido ellos la situación, creen que es mejor apartar a los pequeños de toda información para que no sufran, creen que «hay que protegerlos»; pero los niños son esponjas y sobre todo captan la comunicación no verbal. Ellos saben que algo pasa, y cuando no tienen la información necesaria «inventan» porque necesitan tener una explicación para todo lo que están observando, y a veces la imaginación es mucho peor que la realidad.
Creo que es bueno convertir estas situaciones en oportunidades para hacer a nuestros hijos más fuertes, para aprender a aceptar los contratiempos de la vida y para inculcarles una actitud de afrontamiento en lugar de una actitud de evitación. El dolor forma parte de la vida y aprender a manejarlo hará que podamos seguir mejor con nuestro camino.
Si los niños son menores de 3 años:
- Si es posible, mantengalo cerca de los padres o adulto de confianza que sea parte de la vida del niño.
- Cuente con un padre o adulto de confianza que sea una parte constante para que pase tiempo a diario en la vida del bebe.
- Cuente con el apoyo de sus familiares, niñeras o guarderías para la rutina del niño o bebé.
- Grabe canciones de cuna, cuentos y mensajes para cuando el padre con cáncer no puedan estar en casa.
- Conforte constantemente a los niños pequeños que empiezan a andar, abrácelos y acarícielos a menudo.
- Programe visitar al padre hospitalizado, preferentemente en momentos en que éste tendrá más energía para cargar o jugar con el niño.
Si los niños tienen de 3 a 5 años:
A esta edad los niños suelen manifestar más temor y ansiedad cuando la persona encargada principalmente de su atención se aleja.
- Los mensajes simples y consistentes son los más efectivos, y mantener en lo posible a las rutinas habituales hacen sentir seguridad al niño.
- Dar una explicación simple de que Papá o Mamá está enfermo(a) y que los médicos están ayudando.
- Coordine que alguien de confianza los cuide todos los días y mantenga las rutinas habituales.
- Mantenga informadas a todas las personas que los cuidan sobre la situación familiar. Si es posible, cuente con un padre o adulto de confianza que sea una parte constante y que pase tiempo a diario en la vida del niño.
- Reafirme a los niños que la preocupación y tristeza de los padres es por la enfermedad y no por algo que ellos hayan hecho.
- Use juguetes o elementos creativos para mostrar al niño las cosas complicadas por las que está pasando la familia.
- Establezca una hora concreta cada día en la que el niño pueda hacer preguntas y compartir sus sentimientos.
- Las muestras prolongadas de emociones de uno de los padres presenciadas por un niño pueden asustarlo. Pero asegure al niño que está bien poder expresar estos sentimientos fuertes por periodos breves. Una vez que ya se hayan expresado los sentimientos, es común que el niño cambie de tema o se vaya a jugar.
- Coordine que cada uno de los hijos cuente con un familiar o amigo de la familia que muestre dedicación especial a ese niño. A veces estas personas serán su punto de referencia para contestar preguntas que a Vd no le harán.
- Consulte con su pediatra sobre cualquier inquietud o cambio en el comportamiento del niño.
- Es importante que sus profesores estén al corriente de la situación para informarle de cualquier cambio de comportamiento en el niño.
Si los niños tienen de 6 a 8 años:
Puede que los niños a esta edad formulen sus propias explicaciones ante la situación, como el motivo por el cuál su padre ya no juega con ellos («mi mamá ya no me quiere por que yo le dije que ya no la quería»), sobre todo si no tienen información a cerca de qué está pasando. Es importante explicar de inmediato cuando surge algún cambio («mamá ya no puede jugar contigo por que está enferma en este momento. Ella te quiere, y quiere seguir jugando contigo y se sentirá mejor cuando termine de tomar su tratamiento»). Si el niño se ha creado su propia historia habrá que repetirle la información en ocasiones diferentes, por eso es importante dar la información suficiente adaptada a cada niño antes de que él cree su propia historia.
- Informe al niño sobre la enfermedad y manténgalo actualizado con el tratamiento y en términos que pueda comprender. Asegúrese de explicar lo que el niño pueda entender.
- El niño debe seguir atendido y con las rutinas habituales, en la medida de lo posible.
- Deje al niño merodear por el centro médico, que conozca al equipo de profesionales médicos y que haga preguntas, si es posible.
- Averigue si el centro de atención contra el cáncer cuenta con algún grupo para niños con familias afectadas por el cáncer, por si lo necesitara.
- Responda a todas las preguntas con honestidad, incluso a «¿se va a morir Mamá (o Papá)?». En caso de ser necesario, solicite la ayuda de un profesional, pero es mejor, si puede, que le dé la información Vd mismo.
- Esté atento de las preguntas que el niño no haga, incluso las relacionadas a la propia salud del niño y su bienestar.
- Informe a los maestros, entrenadores y demás personal de la escuela del niño sobre la situación familiar por la que están pasando.
- Reafirme de forma repetida que el niño no es responsable de la enfermedad.
- Coordine que el niño permanezca en la escuela y en actividades extraescolares tanto como sea posible.
- Apoye los tiempos de recreación del niño, a pesar de la enfermedad del padre afectado y asegúrese que no se sienta culpable de divertirse.
- Planifique que se pase tiempo diario con uno de los padres o la persona encargada del niño para que sea parte constante en la vida del niño.
- Dé al niño el permiso de hacer preguntas y expresar sus sentimientos que ellos teman que podrían molestarle.
- Acepte la indisposición del niño de hablar sobre sus sentimientos si no quiere hablar.
- Explique que aunque los padres tienen menos tiempo para los niños durante el tratamiento, que no se olvida de él.
- Sugiera que el niño escriba o llame por teléfono, envíe dibujos, envíe mensajes de texto o por correo de voz al padre ausente, y procure que el padre conteste.
- Explique que el sufrimiento, la tristeza y las lágrimas son normales, son una forma de canalizar los sentimientos.
- Coordine que cada uno de los hijos cuente con un familiar o amigo de la familia que pueda supervisarlos emocionalmente y sea su apoyo.
- Si el niño muestra un nivel grave de ansiedad, empieza a mostrarse temeroso de la escuela, se culpa a sí mimo, está desanimado o con poca autoestima, considere que sea evaluado por un profesional.
Si los niños tienen de 9 a 11 años:
Por lo general después de los nueve años de edad, los niños tienen la capacidad de comprender más sobre una enfermedad grave y puede que tengan muchas preguntas al respecto.
- Proporcione información detallada sobre el diagnóstico del padre: nombre de la enfermedad, detalles, síntomas y tanto como sea posible sobre lo que se puede esperar, siempre adaptado a la edad del niño, y en función de lo que él necesite saber. Explique lo que el niño esté viendo y responda a las preguntas con honestidad; no pasa nada por responder «no lo se», si no se tiene esa información.
- Asegure al niño que no tienen culpa de la enfermedad y que no es contagiosa.
- Diga al niño que la incertidumbre es estresante para todos y que hay que aprender a esperar.
- Coordine que el niño visite al padre en el hospital. Sugiera los temas de conversación; explique la condición del padre y el tratamiento. A los niños de esta edad les ayuda conocer al personal médico, y que se familiaricen un poco con las instalaciones. Informe y explique al niño sobre cualquier diferencia que el padre tenga en su apariencia antes de ir.
- Ayude al niño a estar involucrado en actividades extraescolares, deportes y que mantenga contacto con sus amigos. Recuerde al niño que está bien seguir divirtiéndose.
- Informe a los maestros, entrenadores y demás personal de la escuela del niño sobre la situación familiar.
- Recuerde que los padres no pueden mostrar favoritismos entre alguno de los hijos sin que causen malestar en los demás hijos de esta edad.
- Coordine que cada uno de los hijos cuente con un familiar o amigo de la familia que pueda supervisarlo emocionalmente y sea su apoyo.
Si tenemos un adolescente:
Los adolescentes a menudo se comportan de formas opuestas e impredecibles: un día se sienten con independencia y el siguiente se retractan buscando la seguridad de la infancia.
Como cualquier padre de un adolescente sabe, es un desafío lograr un balance entre dar suficiente independencia al adolescente para que aprenda y tenga experiencias del mundo que le rodea, y al mismo tiempo protegerlo de lo que aún no tiene la madurez de experimentar. Con los adolescentes mayores, puede ser tentador darles demasiada responsabilidad mientras el padre no está disponible debido al tratamiento. Y puede que los adolescentes traten de proteger a sus padres al tratar de ocultarles su tristeza, enojo o temor; por eso es importante verificar de forma periódica si están bien.
- Coordine para que el adolescente pueda hacer un recorrido por el centro médico y haga preguntas al equipo de profesionales contra el cáncer si desea hacerlo.
- Proporcióneles información detallada sobre el diagnóstico del padre, como el nombre del cáncer, los síntomas, efectos secundarios posibles del tratamiento, qué pueden esperar y cualquier otro detalle que les interese saber, si es que lo quieren saber.
- Mantenga informado al adolescente con lo que vaya pasando con el tratamiento del padre. Responda a todas las preguntas con honestidad.
- Investigue si el centro de atención contra el cáncer cuenta con algún grupo para adolescentes con cáncer en la familia.
- Asegúreles que el cáncer no es contagioso.
- Asegúreles que nada de lo que ellos dijeron o hicieron originó el cáncer.
- Informe a los maestros, entrenadores y demás personal de la escuela del adolescente sobre la situación familiar.
- Fomente la expresión de sentimientos y hablen sobre lo que es natural.
- Explique que aunque los padres tienen menos tiempo para los niños durante el tratamiento, eso no quiere decir que se olvidan de ellos ni que dejan de quererlos.
- Intente que su rutina se altere lo menos posible.
- De ser posible, permita que el adolescente opine y ayude en la decisión sobre la persona bajo la cual quedaría su atención después de clases cuando el padre no pueda estar ahí. Asegúreles que la familia podrá manejar la crisis, si es que así lo cree.
- Fomente que los hermanos mantengan sus actividades escolares y extraescolares.
- Asegúrese de que el adolescente sepa que los padres están conscientes de que divertirse y pasar el tiempo con los amigos es importante, y que no deben sentirse culpables de ello.
- No sobre cargue al adolescente con tareas difíciles. Hable con el equipo de profesionales contra el cáncer sobre la situación de su familia y vea si pueden conseguir más ayuda.
- Compruebe a menudo que sus adolescentes estén bien y dígales que todos están experimentando sentimientos que pueden ser confusos y abrumadores.
- Diga al adolescente que está bien hacer preguntas y expresar sus sentimientos que ellos teman que podrían molestarle.
- Para cada adolescente, pida a algún familiar o amigo de la familia que pueda supervisarlo emocionalmente y sea su apoyo.
- Hable con sus amigos para que puedan alertarlo si observan algun cambio de comportamiento en su hijo.
Magdalena Cubel Alarcón
Psicóloga Clínica Valencia
Adaptado de American Cancer Society
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