¿Qué estamos haciendo con nuestros hijos?
Como eduquemos a nuestros hijos, y lo presentes o ausentes que estemos en su infancia, marcara la salud mental y su equilibrio personal cuando sean adultos.
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¿Qué estamos haciendo con nuestros hijos?

Es curioso cómo cada día aparecen más niños remitidos por los colegios con un supuesto diagnóstico de TDAH, padres que acuden a la consulta con sus hijos adolescentes que cada día están apáticos y tristones, y cómo las estadísticas nos muestran que los suicidios entre los 10 y los 14 años están aumentando. Y yo me pregunto ¿qué está pasando? ¿qué estamos haciendo con las generaciones que vienen por detrás? ¿qué les estamos ofreciendo a nuestros niños y adolescentes? ¿cómo estamos educando? ¿realmente vemos a nuestros hijos, o solo nos encargamos de que tengan de todo porque nosotros no los podemos atender, no podemos jugar con ellos, no podemos estar sin más, a su lado…?

Cómo dice el Dr. Luis Rojas Marcos, nuestros hijos están sobre estimulados y sobre regalados de cosas materiales, pero realmente lo más importante que es que se sientan mirados, vistos, leídos, comprendidos y sentidos es lo que no estamos haciendo. El ritmo de vida y la sociedad en la que vivimos hace que muchos padres no puedan estar emocionalmente disponibles, que no establezcan claramente límites definidos, que no den responsabilidades a los niños, que traten de evitarles todo sufrimiento, que no se tenga tiempo de cocinar, de dormir las horas necesarias, de tener una tarde para poder jugar al aire libre, de buscar bichos y revolcarse con sus hijos por la arena.

Muchos de estos padres están agotados, necesitan distraerse pero no tienen tiempo y lo hacen en el tiempo que tienen compartido con sus hijos. A veces ceden por no discutir ya que no tienen energía, lo que hace que sus hijos tengan derecho a obtener todo sin esfuerzo y que no tengan consecuencias cuando algo no está bien hecho. Llegan tarde porque trabajan mucho y sus horarios hacen que los de sus hijos no sean los más adecuados para estos últimos, y tambien se facilita la vida pegada a una pantalla (niñeras tecnológicas) que hace que obtengan gratificación inmediata, no gestionen el aburrimiento y por lo tanto no favorezcan la creatividad ni la imaginación.

Todo esto hará que nuestros hijos sean infelices, emocionalmente inmaduros y en algunos casos que se conviertan en pequeños o grandes tiranos a largo plazo.

Darnos cuenta de lo que estamos haciendo y las consecuencias que ello puede tener, puede hacernos modificar algunos hábitos y comportamientos nuestros, que nos ayudarán en la educación de nuestros hijos para que el día de mañana puedan afrontar con seguridad aquello que les depare la vida.

Así, es muy importante:

  • Establecer límites. Los niños necesitan saber lo que se puede y lo que no se puede hacer para sentirse más seguros. Si cada vez, ante lo mismo, la respuesta es diferente, solo sentirán inseguridad y no sabrán a qué atenerse, teniendo que decidir por ellos mismos sin estar preparados.
  • No darle todo lo que pida, aunque se lo pueda facilitar. Los niños necesitan poder «conseguir» las cosas a través del esfuerzo. Contra más tienen menos lo valoran; así que dar en su justa medida es algo que les ayudará a valorar las cosas.
  • Facilitar las actividades al aíre libre, alejado de las pantallas. Ir al parque, tener una actividad deportiva, apuntarlo a un centro juvenil, quedar con otras familias para poder hacer una excursión… pero lo dicho… sin pantallas.
  • Tener una actividad diaria en familia, aunque sea una comida o una cena. Si no se mantienen estos espacios, perderá la comunicación con sus hijos y no sabrá nada de ellos. Ver una serie, dibujos con ellos para poder saber sus intereses, jugar a juegos de mesa, dibujar, leer…
  • Pedir a sus hijos que le ayuden en alguna tarea del hogar; facilite que estén con usted y l@ ayude cuando cocine, o tienda o pliegue la ropa o quite el lavavajillas. Cree la rutina de que ayuden desde bien pequeños aunque sea quitando y poniendo su plato o su vaso (según la edad) en la mesa.
  • Establecer horarios y rutinas de sueño saludables. El sueño es muy importante en los niños y no menos en los adolescentes. Si no descansan lo suficiente no aprenderán lo que necesitan ni tendrán energía para afrontar el día, pudiendo esta de mal humor la mayor parte del tiempo.
  • Proteja a sus hijos, pero no los sobreproteja. Son dos conceptos muy diferentes. Uno da seguridad, el otro no deja crecer y genera inseguridad. No impida que se equivoque, no vea los errores como fracasos, son oportunidades de aprendizaje y de superarse tanto a ellos como a las dificultades que la vida les pueda traer.
  • No responsabilizarse de las tareas de sus hijos como los deberes, los trabajos, las fechas de los exámenes, el lápiz o el material que necesitan para el día siguiente. Recuerdeselo y cree el hábito, desde bien pequeños de que piensen que necesitan para el día siguiente y que lo preparen con antelación, no 10 minutos antes de salir de casa.
  • Enseñarles a esperar, a pedir las cosas por favor, a decir buenos días, hola y adiós, a pedir disculpas y a dar las gracias.
  • Enseñarles a respetar a los mayores (profesores, personas mayores, figuras de autoridad…). No defienda lo indefendible delante de ellos.
  • Darles oportunidades para que se aburran. No los entretenga todo el tiempo. Tienen que aprender a pensar y tirar de imaginación y creatividad.
  • Dejar la tecnología o las pantallas solo para determinados momentos y con un horario marcado. E intente predicar con el ejemplo, no utilizando la tecnología cuando esté con sus hijos. Y genere el hábito de que no se duerman con ellas.
  • Estar emocionalmente disponible, sobre todo cuando sus hijos se desregulen. Enfadarnos más que ellos a veces solo genera una escalada de poder. Trate de mantener la calma y de entender qué les está pasando y qué necesitan; porque a lo mejor no tiene nada que ver con lo que le están diciendo en ese momento. Enséñeles a reconocer, nombrar y gestionar sus propias emociones; sirva de modelo para poder regularlos y que así se puedan regular.

Estas son algunas pequeñas reflexiones / recomendaciones / sugerencias para poder educar a nuestros hijos y ayudarles a convertirse en personas sanas emocionalmente, capaces de disfrutar de la vida.

Magda Cubel Alarcón

Psicóloga Clinica Valencia / Benimaclet

Centro psicológico MCA

Centro sanitario MCA

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