Miradas sobre el trauma: abordaje del abuso sexual en la infancia.
El miércoles estuve en unas fabulosas jornadas organizadas en la Universidad de Castellón, tituladas como este artículo. Eso me ha hecho pensar y querer compartir algunas conclusiones y algunas ideas que plasmaré aquí.
Dolores Mosquera nos habló de las diferentes formas de maltrato, y es curioso como cuando pensamos en este termino nos viene a la cabeza el «maltrato» físico o el abuso sexual, pero hay otras formas sutiles de maltrato como puede ser la negligencia tanto emocional como física, la inconsistencia y/o la ausencia de predictibilidad.
También podemos encontrarnos con el «maltrato encubierto» que englobaría:
- La AUSENCIA DE LIMITES: Si en una familia existe ausencia de límites implica que no hay respeto y facilita que los niños crezcan sin aprender a decir «no». Si nadie respeta mis límites yo no sé hacerlos respetar. No respeto los limites de los demás porque no los veo.
- El AGLUTINAMIENTO o dificultades para la diferenciación: Si los individuos de una familia no se pueden diferenciar, los niños no aprenderán la diferencia entre el yo y los otros y pueden llegar a no distinguir los aspectos externos de los internos. Vivirán las emociones a través de lo que sienten los demás y no sabrán distinguir sus emociones de las de los demás.
- La INVERSION DE ROLES: Hace que los niños se sientan muy valorados y no puedan ser niños. Reciben mensajes del tipo «es una niña tan responsable…, estoy tan orgullosa de ella…», lo que hará que aprendan a ignora sus necesidades y a cubrir las de los demás; tendrán dificultades con el autocuidado, marcar los límites, la regulación emocional, saber protegerse y sentirse invisibles.
- La SOBREPROTECCION: He visto adultos que han sido sobreprotegidos que o bien suelen ser muy ansiosos, no saben regularse solos, utilizan la evitación como estrategia y sienten inseguridad y miedo; o bien piensan que están por encima del bien y del mal y tratan de imponer su santa voluntad, aunque en el fondo necesitan que alguien les ponga límites.
Estos comportamientos me preocupan un montón porque en algunas ocasiones pueden llegar a ser entendidos como una muestra de amor, pero como hemos visto, pueden llegar a ser muy dañinos.
Dolores también nos hablo de los tipos de abuso sexual. De como los niños que han sufrido abuso sienten una ambivalencia interior hacia el abusador, porque para los niños es «mejor ser vistos que ser invisibles», «es mejor estar vinculados (aunque sea través del abuso) que no tener nada». Este tipo de relaciones hace que sientan vergüenza y que se rompa en ellos la confianza, se contamine el concepto de amor, sexo y deseo; que idealicen la relación con el abusador, pensando que «me quería» o que «era una relación especial», y que minimicen los hechos («no podía controlarse, estaba enfermo…»).
Por último Dolores habló de la «invisibilidad» relacionada con estos comportamientos.
«Nadie te ve», «lo que te hacen no es visto por los demás», «intentas no ser visto porque es peligroso», «intentas no ser visto porque todos están sobrepasados»; «si me ven correré peligro», «una parte de mi quiere ser vista, pero otra sabe que eso supone un gran peligro».
Pero para el ser humano ser invisible impide el desarrollo esencial de la persona y termina creyendo que «no es nada o no vale», o que «no necesita nada ni a nadie, y está bien como está». Aprenden que sus necesidades no son importantes, y toleran cualquier cosa con tal de ser vistos. Pueden sentirse especiales y minimizar los comportamientos negativos para «conseguir más»… , aprendiendo a relacionarse con los demás a través de los síntomas. Y esta sensación de invisibilidad solo disminuirá cuando entiendan y acepten aquellas partes de ellos mismos que no fueron vistas ni comprendidas.
La intervención de Paula Baldomir estuvo relacionada con la definición de abuso y qué intervenciones pueden ser protectoras y cuales dañinas, e hizo hincapié en el trabajo relacionado con la confusión. Nos recordó la importancia de reconocer la confusión, de poder identificar dónde se nota en el cuerpo y de poder reconstruir la historia con una narrativa coherente.
Cuando nadie asume la responsabilidad, el niño asume la culpa, si algún día lo hago bien, dejará de pasar, y la situación cambiará. Es más fácil asumir la culpa que asumir que le hacen daño y no lo cuidan.
Francisco Traver nos habló de los 12 hitos del trauma:
- Pierre Janet
- Oppenheim y la neurosis postraumática
- Freud. «Lo importante es lo que uno hace con el trauma, no el trauma en sí»
- Maltrato infantil
- Ferenczi y la identificación con el agresor
- Abuso sexual infantil y TEPT complejo
- Cautividad
- Hilgard y la teoría disociativa
- Robert Scaer. El cuerpo soporta la carga. Congelación
- Van der Kolk 1988. Espectro traumática
- Van der Hart. PAN y PE. Trastorno disociativo. TLP. Trastorno disociativo múltiple
- Meares 2006. Disolución jerárquica de la memoria
La intervención de Noemi Pereda, hablando de victimología del desarrollo fue muy interesante, aportando muchos datos relacionadas con las últimas investigaciones relacionadas con el tema. Sigue siendo sorprendente que un 20% de mujeres y un 10% de hombres hayan sufrido abuso sexual en su infancia y lo más sorprendente es que la sociedad no entienda que no denuncien la situación. Para poder denunciar algo tienes que reconocete como víctima y esto es todo un proceso (la mayor parte de las veces de años de duración), de ahí que se esté intentando modificar el Código Penal para que los delitos sexuales contra menores no prescriban nunca.
Entre otras cosas habló de la ruptura de la confianza de estos niños; la confianza sobre ellos mismos, sobre los demás y sobre el futuro.
Comentó que las defensas disociativas son la estrategia más adaptativa para gestionar la ambivalencia de las emociones contradictorias, que permite al niño seguir con su vida cotidiana.
Que al llegar la adolescencia es habitual la aparición de una crisis y de un proceso de duelo al ver que lo que le han pasado no es normal, al darse cuenta de lo que el adulto le ha hecho, pudiendo aparecer conductas disruptivas y promiscuidad sexual. Si se ha dado este duelo, en la edad adulta habrá adaptación; pero si no ha habido duelo, habrá desadaptación y desajuste.
Que la única persona que sabe cuándo empezó el abuso es el abusador. Y que la víctima no debe olvidar, debe integrar la experiencia, para poder vivir y no sobrevivir.
Finalmente el testimonio de James Rhodes cerró las jornadas poniendo palabras a todos los conceptos que los ponentes habían aportado a lo largo del día.
Os dejo aquí algunas frases de su testimonio que creo resumen lo que en estas jornadas se habló:
«La autolesión fue la adicción más difícil de parar. Tendrías que poder autolesionarte de manera segur. No se puede parar de repente. Solo paré cuando empecé a odiarme un poco menos».
«Ser visto y escuchado es la sensación más fabulosa para un niño. Darles la oportunidad de hablar, escucharles, atender su emoción, es lo más bonito que puedes ofrecer a un niño. Todos necesitamos ser visibles».
«Es imposible volver a tener confianza. No confiamos en que nos quieran ayudar. Necesitas que entiendan que no puedes hablar de ello, que no pueda aceptar lo que ha pasado. Si hablo de ello no voy a superarlo».
«Cuando te odias, no quieres ayuda, solo quieres sufrir. No quieres hacer nada para estar bien, te autolesionas para gritar sin que nadie se entere».
«Te conviertes en el cómplice del abusador; lo proteges».
«La creatividad es esencial para activar otra parte del cerebro».
«La vergüenza es lo peor. La vergüenza no pasa. Se habla a pesar de la vergüenza, que te mantiene en silencio».
«Cuando empiezas a hablar, las cosas empeorar, y eso nade te lo dice».
«A veces solo puedes existir, que no vivir».
«Lo mejor que puede hacer un terapeuta por su paciente es dar espacio, escuchar, no juzgar, aceptar que si está en tu cabeza es real, poder entender, tener paciencia y hacerle sentir querido».
«El suicidio es una opción válida cuando sientes tanto dolor. Hay que validar esa opción».
«No puedes curar una herida si no quitas la tirita. Solo puedes cambiar la tirita, procurar que no se infecte. La herida se cura cuando uno está preparado para quitar la tirita».
«El momento de hablar es el punto en el que sientes tanto dolor que o bien te suicidas o hablas. Hay que estar muy seguro para poderlo hacer. Hablamos cuando podemos».
Miradas sobre el Trauma. Universidad Jaume I. Castellón
Magdalena Cubel Alarcón.
Psicóloga Clínica Valencia Benimaclet
Fundación Centro Interdisciplinario de Resiliencia Rosario
24 febrero, 2018at15:16Me pareció un aporte para los que quieren abordar un tema tan actual y doloroso. gracias
magdacubel
20 mayo, 2018at20:33Gracias a tí.